Barton Fink

Looking forward

[gtranslate]Estoy haciendo un profesorado de Bikram Yoga en Los Ángeles, California. Vivimos, entrenamos y estudiamos sin salir del Radisson Hotel, cerca del aeropuerto de LA. Cuando atravieso la autopista para ir a la cadena de supermercados del barrio, los aviones me peinan, pasando literalmente a pocos metros de mi cabeza. Es muy bonito y dicen que seguro.
Somos muchas personas haciendo el curso, 443, viviendo en esta mini comunidad con aire acondicionado. Los fines de semana vamos en un tranvía de los años 20, a las hermosas playas de Los Ángeles, para seguir estudiando non-stop entre los surfistas chapuceros y las mujeres siliconadas.

No hay muchas oportunidades en la vida de moverse de ambiente, de verse desde afuera, de poner la vida en pausa.  Si la vida es artificio, aquí en LA no hay duda. Estas semanas siento que vivo constantemente en la escena final de Barton Fink, de los hermanos Cohen, cuando el personaje salta de su desde su vida real en un hotel en California a la playa de un cuadro kitsch.
En una escapada fui a Hollywood de visita, y encontré las famosas estrellas de la fama, en un paseo comercial repleto de chucherías “I love”. La fábrica de sueños del mundo me pareció bastante deslucida. Aunque las bambalinas de la fantasía, son en general, bastante decepcionantes, bien lo sabemos los que le dedicamos nuestra vida al mundo de la imaginación. Encontré en el suelo una estrella pequeña, modesta ¡y vacía!

¿Y ahora?

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